En el corazón de América

12:24 18 de novembro de 2021 Por Daniel Oiticica

El Salvador cuenta con la sólida confianza de los organismos multilaterales. Foto: Fabio Lima

Una fuerte apuesta a megaproyectos de infraestructura y a la desburocratización de los trámites, ya en curso, en el marco de una economía estable, con proyecciones de crecimiento por arriba del promedio latinoamericano. Con estos ingredientes, el liderazgo de Hacienda en El Salvador apuesta a un fuerte crecimiento del país inspirado en el modelo de Singapur. A continuación, Alejandro Zelaya, Ministro de Hacienda, detalla su visión sobre el contexto actual y las facilidades y beneficios que ofrece el país a los inversores.

Importantes bancos y organismos internacionales pronostican un crecimiento bastante fuerte para El Salvador para este año. ¿Cuáles son los factores que llevaron a esta realidad tan alentadora?
El Fondo Monetario Internacional (FMI) ratifica que vamos a crecer más o menos un 10% a finales del 2021. El Banco Mundial dijo que vamos a crecer un 8%, el Banco Central de Reserva cerca de un 9%. El Bank of America en un reciente análisis dice que podemos crecer hasta un 12% este año. En conversaciones privadas, hay analistas que me han dicho que podemos alcanzar un ritmo de crecimiento incluso mayor al pronosticado. Hay varias iniciativas del Gobierno que han ayudado a que esta recuperación económica, posterior a la crisis del Covid-19, sea mucho más rápida que en otros países.

Además, hay una estrategia muy clara de un plan de despegue económico con grandes obras de infraestructura, mucha facilitación del comercio y una amplia apuesta a las zonas turísticas del país, sobre todo a la zona costera. Para 2022, nuestros planes de infraestructura se han incrementado un 25% con relación al año anterior. También hemos cerrado algunas brechas en materia educativa que estaban perjudicando la formación profesional de nuestros ciudadanos. Además, competimos por ser la sede del nuevo Mercado Regional de Valores, es decir, El Salvador está a punto de convertirse a partir del primer trimestre de 2022 en un mercado financiero pujante en toda Centroamérica, compitiendo con el mercado financiero de Panamá y ostentando la sede regional de este mercado.

Además de esta importante posibilidad de volverse sede del mercado regional de valores, ¿cuáles son las otras ventajas que ofrece el país a los inversores extranjeros?
Hemos entrado a una fase de facilitación del comercio sumamente amplia. Nuestras aduanas están pasando por una transformación enorme y el mercado de valores se va a fortalecer. Además hicimos una apuesta importante a las criptomonedas, que nos ha posicionado a nivel mundial como el nuevo paraíso de las cripto, con unos proyectos de minería a través de la energía volcánica para contrarrestar el riesgo reputacional que traían las cripto con relación a los daños medioambientales. En este sentido, tenemos muchas iniciativas privadas que están llegando al país, casas de cambio, servicios financieros, las mismas minerías privadas, etc.

Además, hay que recordar que El Salvador es uno de los países de Latinoamérica que no tiene impuesto a las propiedades, lo que reduce los costos de instalación para los inversores internacionales. No hay impuestos a las ganancias por la generación de criptomonedas ni para la minería, ya que se trata de una moneda de curso legal. Somos un territorio pequeño, lo que permite tener una cadena logística mucho más compacta y moverse entre playa, montaña y otras instalaciones mucho más rápido. También estamos en el corazón de Centroamérica, que, a su vez, es el corazón de todo el continente americano.

¿Se están renovando los marcos legales de inversión?
Estamos reduciendo la cantidad de documentación que se solicita al inversor extranjero. Por ejemplo, antes se pedían cuatro o cinco documentos para poder inscribirse como empresa, ahora se necesita tan solo el Documento Único de Identidad para las personas naturales, lo que hace mucho más fácil hacer negocios en El Salvador. Además, hay un marco de incentivos fiscales que también se ha lanzado a través de la política de atracción de inversiones y está a cargo de la secretaría de Comercio e Inversiones de la Presidencia, que se suma también a toda la mejora regulatoria, a través de una ventanilla única. Estamos haciendo una fuerte apuesta en materia de infraestructura, pero también en apoyo a la tramitología y a tener menos requisitos en nuestro marco regulatorio para que los inversores puedan venir a El Salvador.

¿Cuál es la importancia del equilibrio fiscal para el Gobierno?
El mundo atraviesa una etapa en la que los gobiernos estamos obligados a implementar una política expansiva del gasto público. Con una crisis como la del Covid-19, lo peor que cualquier planificador fiscal puede hacer es empezar a reducir el gasto. Todo lo contrario. Se deben ampliar aquellos gastos que estén relacionados a inversión pública para generar empleos sumamente rápido. Esta es la apuesta que hemos hecho. Inauguramos en 2021 el camino a Surf City, estamos por inaugurar el paso a desnivel Gerardo Barrios, vamos a inaugurar también el periférico Claudia Lars junto con obras.

Además, estamos impulsando el Tren del Pacífico y el Aeropuerto del Pacífico, que son grandes obras de infraestructura que, en el corto plazo, generan empleos y, en el mediano plazo, te dan sostenibilidad fiscal porque generan ingresos o reducen costos en la cadena logística de los privados. Y en el largo plazo, además, te aseguran que el país cuente con activos estratégicos que le van a generar un menor perfil de riesgo, o que lo van a hacer más atractivo a la inversión extranjera directa. Nuestra estrategia es apuntalar el gasto público en materia de inversión, reducirlo en el gasto corriente, de tal manera que la inversión pública pueda empujar a la inversión privada y entre las dos puedan hacer incrementar el PBI del país, y así continuar por esta senda de disciplina fiscal que tanta falta le hizo a El Salvador en los años anteriores.

Se viene un momento muy importante para el país por todos los proyectos previstos. ¿Qué expectativas tienen para los futuros procesos licitatorios?
El mundo en general está con los ojos puestos en El Salvador por varias de las estrategias que hemos implementado. Creemos también que el mundo está expectante por este nuevo estilo de gestión pública, un sistema que apuesta al crecimiento económico, sin olvidar también que hay una población que atender y algunas infraestructuras básicas que construir.

Las mega obras de infraestructura y toda la inversión pública proyectada van a dinamizar la inversión privada. Tendremos a muchos inversores interesados en venir a participar de la construcción de activos como carreteras, pasos a desnivel, fábricas o megaproyectos como el Aeropuerto del Pacífico o el Tren del Pacífico. El Salvador tiene mucho potencial de inversión en este momento. Tenemos seguridad jurídica, una visión de largo plazo y una gestión pública con los consensos políticos necesarios para la aprobación de proyectos estratégicos.

¿Cuáles son los puntos fuertes del presupuesto 2022 de El Salvador?
Lo más importante de este presupuesto fue lanzar el mensaje de disciplina fiscal. Hemos reducido la brecha en un 62% en comparación al año pasado. Contamos con la confianza de los organismos multilaterales. El Banco Mundial nos ha desembolsado recientemente operaciones por cerca de 500 millones de dólares para inversiones en primera infancia. El BID también acaba de aprobar una operación de crédito contingencial para desastres naturales por 400 millones de dólares.

Estamos negociando con el FMI un acuerdo de facilidad extendida para poder mejorar el perfil de riesgo país de El Salvador. Confían en nosotros porque tenemos una política fiscal previsible que trata de suavizar la curva de repago de la deuda soberana de El Salvador, y que a su vez está presentando presupuestos generales con alto componente de inversión. De los 7.000 millones de dólares que componen actualmente nuestro presupuesto, casi un 25% es inversión pública directa, con un alto componente de infraestructura. Contamos con el acompañamiento de las iniciativas privadas y otras apuestas innovadoras como el Bitcoin, que nos puede generar flujos de efectivo adicionales que no teníamos dentro de nuestra planificación fiscal.

¿Hay un modelo de país a seguir?
Creemos que El Salvador se va a transformar, que podemos convertirlo en la Singapur de Centroamérica. Este es el modelo que queremos retomar, tropicalizado, con nuestras propias características. Este modelo genera mucha libertad económica, con un sistema financiero robusto, pero que a su vez mantiene algunos activos estratégicos, siempre cuidados por parte del Estado para asegurar el beneficio de la población en general. Y que además, distribuye sus riquezas de forma equitativa por el lado del gasto público, brinda oportunidades de crecimiento económico a sus individuos para que puedan desarrollar todas sus actividades y capacidades empresariales, artísticas, profesionales y de cualquier otro tipo.

Los proyectos estratégicos que estuvieron estancados durante la última década ya comenzaron a avanzar nuevamente. Hacía 10 años que el Banco Mundial no operaba en El Salvador. Ya había señalado en un informe de 1948, hace 72 años, que debíamos invertir en la primera infancia. Solo en 2021, con la configuración de esta nueva clase dirigencial se pudo volver a enfocar en la primera infancia. También hay que remarcar que el proyecto de reducción de la brecha digital ya está en marcha, con el programa de distribución de 1,4 millones de computadoras a todos los niños de las escuelas públicas, fortaleciendo la formación de nuestra mano de obra local que ya es reconocida como una de las mejores de la región. Nos vamos a convertir en una nación pujante en los próximos años y ojalá que todos los que lean esta entrevista estén aquí, para poder acompañar este crecimiento.

https://youtu.be/qTgYI9xz3Ds