Agro: El mayor rescate de la historia
Hasta principios de la década de 1970, El Salvador fue uno de los líderes centroamericanos en producción de alimentos. El país produjo todos los granos básicos que consumió e incluso exportó el excedente. Con el café, se destacó entre los cinco mayores productores del mundo y fue uno de los mayores exportadores de frutas de la región. Pero este próspero escenario se ha deteriorado a lo largo de los años, con las malas administraciones gubernamentales, que han socavado la capacidad productiva de los pequeños y medianos agricultores salvadoreños.
Para cambiar esta realidad, el Gobierno salvadoreño diseñó un megaproyecto de 1.290 millones de dólares para reactivar la producción agrícola del país, haciéndolo nuevamente autosuficiente y competitivo en el mercado internacional, abriendo oportunidades para los inversores locales e internacionales, proporcionando progreso y mejores condiciones de vida a los agricultores salvadoreños, además de generar alrededor de dos millones de puestos de trabajo.
“Este es el momento de invertir en El Salvador. No hay otro país en el mundo que pueda ofrecer lo que le estamos ofreciendo a los inversores en este momento. Estamos trabajando en una modificación de la Ley de Zonas Francas Agrícolas y creando una Ley de Ecosistemas Agropecuarios, entre otras, lo cual hace a este país extremadamente atractivo”, afirma David Martínez, Ministro de Agricultura y Ganadería de El Salvador.
El Plan Maestro de Rescate Agrícola de El Salvador es el proyecto más ambicioso en la historia del país en el sector agrícola. Esta revolución verde se estructuró con el apoyo de entidades globales como el Banco Mundial, el Banco Interamericano de Desarrollo, el Banco Centroamericano de Integración Económica, además del Departamento de Agricultura de Estados Unidos y la Unión Europea.
El Plan se sustenta en tres pilares:
-Soberanía alimentaria: el gobierno de El Salvador está invirtiendo alrededor de 635 millones de dólares para optimizar la producción de granos, frutas, hortalizas, ganadería y pesca. Los productores rurales salvadoreños recibirán asistencia técnica, tecnología de punta y créditos a atractivas tasas de interés para que la agroindustria salvadoreña gane en productividad, eficiencia, resiliencia a las variaciones climáticas, respetando el medio ambiente. El gobierno también va a establecer una cadena logística de empacadoras de carne que será una de las más grandes de la región. También tiene la intención de invertir en la construcción de unidades de producción de lácteos y semillas, que deberían reemplazar gradualmente a las importaciones.
-Rescate del Café: El Salvador fue productor de uno de los mejores cafés del mundo. Para rescatar este estatus, se destinarán 637 millones de dólares en inversión pública a la industria cafetera local, renovando la plantación de más de 50.000 manzanas de café (35 mil hectáreas), y para la creación de un instituto de investigación tecnológica para mejorar la calidad del producto, hasta que el país alcance la meta de dos millones de quintales (92 mil toneladas) de café al año.
-Ruralización: para que la reanudación de la producción agrícola salvadoreña sea exitosa, es fundamental garantizar la calidad de vida de los agricultores y trabajadores rurales. Con esto en mente, el gobierno de El Salvador tiene varios proyectos de infraestructura para transformar áreas rurales en lugares modernos, seguros y con calidad de vida. Se construirán escuelas, clínicas y hospitales, comisarías, juzgados y bibliotecas, con acceso universal a internet y banda ancha. El objetivo es establecer a los salvadoreños en el campo, con opciones de trabajo, ingresos y acceso a servicios en regiones urbanizadas, con bienestar, desarrollo y prosperidad.
El plan incluye varias acciones de corto plazo, como la implementación de la Política Agropecuaria Nacional, para la industrialización de la agricultura del país en un período de 10 años. Otro punto clave es la creación del Código Agrario, que regulará y otorgará títulos de propiedad a los agricultores; el fortalecimiento y modernización del Ministerio de Agricultura y Ganadería; y la reingeniería de los bancos estatales, para beneficiar más intensamente al sector agrícola.
En el área de seguridad, el gobierno destinará 120 millones de dólares para fortalecer la policía rural. Y para desarrollar nuevas tecnologías agrícolas y preparar nuevos expertos en el sector, el gobierno está invirtiendo 80 millones de dólares en el Complejo de Educación e Investigación Agropecuaria (CEIA), un centro académico de referencia para el agronegocio centroamericano, con infraestructura moderna y alianzas con universidades de Estados Unidos y Europa.
El gobierno también está comprometido a entregar kits de tecnología a los productores para impulsar la productividad de los cultivos. Otros 17 millones de dólares se destinarán a la creación de huertos domésticos, escolares y comunitarios para aumentar la productividad alimentaria a escala nacional.
Todo este proyecto de renacimiento agrícola en El Salvador podría convertirse en una opción atractiva para la inversión privada externa. El país está formulando una Ley de Agricultura de Zona Franca que, sumada a la nueva legislación que establece los Ecosistemas Agrícolas, será una ventaja competitiva para atraer inversionistas. El Salvador garantizará a los inversionistas el apoyo del Ministerio de Agricultura y Ganadería, una legislación detallada y sólida garantizará y apoyará la inversión.