Minería y energía limpias
Daniel Álvarez, Presidente de la Comisión Ejecutiva Hidroeléctrica del Río Lempa (CEL)
La minería de Bitcoin es tan solo un de los proyectos de El Salvador en el campo energético. El objetivo principal es garantizar la oferta de energía limpia, aprovechando los recursos naturales que tiene el país. En esta entrevista, Daniel Álvarez habla sobre el proceso de la minería, los proyectos y las oportunidades en el sector energético.
¿Cuáles son las metas energéticas de El Salvador?
El Salvador tiene un enorme reto. Nuestro objetivo es migrar a la energía limpia, y por eso somos parte del Irena (Agencia Internacional para Energías Renovables). El Salvador tiene hidroeléctricas que generan hoy aproximadamente el 25% de la energía en el país. Adicionalmente, tenemos geotermia, recurso que no tienen muchos países en el mundo. Nuestra matriz depende un 25% de la energía geotérmica. Y la visión del Gobierno a corto, mediando y largo plazo es incentivar este tipo de energías. En estos momentos, estamos terminando la Central Hidroeléctrica 3 de Febrero, una deuda histórica del país, que va a agregar 66 megavatios de potencia de energía limpia a El Salvador. Somos privilegiados. Tenemos geotermia, hidroeléctricas, vientos, radiación solar, y todo esto lo vamos a potenciar.
¿Qué proyectos de energía limpia ya están operando?
Ya tenemos el primer proyecto de energía eólica que está inyectando sus pruebas en la red nacional. Se trata de un proyecto privado que incentivamos y que avanzó mucho durante la pandemia. El parque eólico Ventus tiene una capacidad instalada de 54 megavatios y está compuesto por 15 turbinas Vestas V136-3.6. Su funcionamiento evitará la emisión de aproximadamente 200.000 toneladas de CO2 por año. Ya estamos planeando la expansión de la oferta de energía eólica de la mano de capital privado y público.
¿Qué se está haciendo desde el marco legal para estimular las inversiones?
Estamos fortaleciendo a CEL como generadora y transmisora estatal, brindando tranquilidad y seguridad jurídica a los futuros inversores a través de la Asamblea Legislativa. Uno de los objetivos también es abaratar el costo de la energía, y para esto necesitamos producir más megavatios. Queremos dejar de importar energía, ser autosostenibles, y esto va a enmarcar los cambios dentro de la Ley, tanto la de CEL, como la Ley General de Electricidad. También estamos trabajando en la creación de un órgano rector en el tema de energía, siguiendo las recomendaciones de IRENA y con el apoyo del Banco Mundial.
¿Cómo el tema del bitcoin entró a la agenda energética?
Somos el primer país del mundo en adoptar el bitcoin como moneda de curso legal. Y una de las discusiones sobre el tema es que producir bitcoin es un proceso sumamente contaminante. Pero El Salvador tiene una importante fuente de energía limpia, que es la geotermia. Entonces la decisión fue producir bitcoin con esta energía limpia. Y el desarrollo de energía geotérmica para la producción de bitcoines también va a dar energía a todo lo que se encuentra alrededor, generando fuentes de trabajo e inversiones.
El proceso ya empezó….
En la planta Berlín, ya se está dando el proceso de minería de bitcoin. En los últimos dos años logramos generar 7 megavatios adicionales en la planta y tomamos 1,5 megavatio para hacer la primer prueba en la minería. Orgullosamente, ya minamos nuestro primer bitcoin, y al día de hoy tenemos 360 máquinas minando bitcoin 24 horas por día, 7 días en la semana. Este es el primer paso y se viene mucho más.
¿Cuántos megavatios más planean producir y en cuánto tiempo estarán funcionando?
Tenemos 95 megavatios que ya están identificados y estamos viendo la manera en cómo levantamos estas plantas. El plazo proyectado es de tres años. Vamos a abrir dos nueva plantas, una en Chinameca y otra en San Vicente, para hacer crecer todavía más las que ya tenemos, en Berlín y en Ahuachapán.
¿Qué puede esperar el inversor privado del sector energético de El Salvador?
Contar con las reglas claras y la predictibilidad desde el inicio. Todos tienen la misma oportunidad de poder invertir en El Salvador bajo las mismas condiciones. Entendemos que las inversiones en el campo de la energía son a largo plazo, así, independientemente del gobierno que haya, las inversiones están seguras y protegidas por Ley. El Estado no tiene la suficiente capacidad para hacer todos los proyectos que se necesitan para el crecimiento económico. Es ahí donde se necesita la mano privada. Nuestras puertas están abiertas a todos los que quieran trabajar en serio para hacer crecer el negocio energético de El Salvador.