Nadie puede crecer solo

16:21 18 de novembro de 2021 Por Daniel Oiticica

Francesco Pilenga – Director de Operaciones de Pettenati Centroamérica

Pettenati fue fundada en 1964, en el estado brasileño de Rio Grande do Sul, por Octavio Pettenati. A partir de 1969, comenzó a exportar sus productos textiles a Estados Unidos. En 1989, abrió su capital en la Bolsa de Valores de São Paulo, siempre con una vocación exportadora y una visión internacional muy definida. Con el acelerado proceso de globalización y la entrada de China en la competencia, sus dueños decidieron invertir en Centroamérica para diferenciarse y mantener el espíritu exportador que marcó a la empresa desde sus inicios. En 2008, se inauguró Pettenati Centroamérica para atender al mercado del hemisferio Norte. En esta entrevista, el italiano Francesco Pilenga, Director de Operaciones de Pettenati, cuenta por qué eligieron El Salvador y el camino de crecimiento de la empresa, gracias a los tratados comerciales que existen en el país.

"El Salvador está tomando acciones muy pragmáticas y sumamente positivas." Foto: Fabio Lima.

¿Por qué eligieron a El Salvador para expandir sus operaciones a Centroamérica?
La primera ventaja de El Salvador es el CAFTA, Tratado de Libre Comercio entre Estados Unidos, Centroamérica y República Dominicana, que permite exportar con un arancel cero, siempre que se respete una regla de origen. Con CAFTA en mente, hemos identificado cuatro opciones: Nicaragua, Guatemala, Honduras y El Salvador. Nicaragua fue descartada por dificultades en el suministro de energía. Guatemala era una buena opción, pero se trata de un país muy disperso, y atravesaba una época en la que la industria textil no contaba con apoyo gubernamental. Honduras tenía problemas de logística e infraestructura. En comparación, El Salvador era la mejor opción: infraestructura, logística y apoyo gubernamental y, además, la fuerza laboral estaba mejor calificada que la de los vecinos de Centroamérica. En nuestra industria, si tuviéramos que puntuar el nivel de la mano de obra y le diéramos un 100 al profesional salvadoreño en términos de productividad, un hondureño obtendría 85, un nicaragüense 50 y un guatemalteco entre 60 y 70. Otra ventaja es que El Salvador es prácticamente un país bilingüe: somos una empresa exportadora y el 100% de lo que exportamos es a Estados Unidos. Además, comercializamos un producto Premium que requiere una mano de obra calificada, algo que El Salvador puede ofrecer, a un nivel superior que los vecinos Guatemala y Honduras. Todas estas condiciones nos llevaron a invertir aquí.

Teniendo en cuenta el nivel de crecimiento de la empresa, es evidente que la apuesta por El Salvador funcionó…
Comenzamos con una inversión de alrededor de 40 millones de dólares en activos. Y ahora, hemos superado con creces los 100 millones en activos invertidos en el país. Las operaciones han ido creciendo a porcentajes de casi dos dígitos durante 10 años consecutivos. Obviamente, tuvimos el impacto de la pandemia, pero logramos recuperarnos y hoy nos destacamos en la producción de tejidos técnicos y deportivos de alta calidad. En El Salvador, a diferencia de todos los demás países, cuando comenzamos a invertir atrajimos otras inversiones, por lo que se creó una cadena de suministro totalmente vertical y de alto valor agregado. Hay telas producidas en el país para clientes de alto nivel, marcas globales como North Face, Patagonia, Nike y Under Armour. Son productos elaborados íntegramente en El Salvador. Todos los materiales se fabrican en el país, no se importa nada. Esta peculiaridad, no creo que se encuentre en ningún otro lugar del mundo.

Para que una empresa crezca en un país, también debe contar con el apoyo del gobierno, con regulaciones sólidas y una legislación simple y objetiva. ¿Cómo contribuye el Gobierno de El Salvador al crecimiento de la compañía?
Definitivamente, creo que nadie puede crecer solo. En todos los factores que agilizan los procesos y aumentan la competitividad, el Gobierno de El Salvador ha sido sumamente proactivo. En los últimos años, hemos visto un aumento de la proactividad empresarial. Al fin y al cabo, crecimos, creamos puestos de trabajo y, en nuestro caso, con un alto valor añadido. Entonces, tenemos un Gobierno que apoya a los emprendedores, siempre respetando el estado de derecho.

En 2008, se inauguró Pettenati Centroamérica para atender al mercado del hemisferio Norte. Foto: Fabio Lima.

¿Cuáles son las características del país que pueden marcar la diferencia en la atracción de inversores extranjeros?
Además de las ventajas objetivas como participar en el CAFTA, estar cerca de Estados Unidos, tener una población bilingüe y una economía dolarizada, hay detalles que escapan al frío análisis de las hojas de cálculo de negocios. Al vivir aquí, puedo decir que amo, sobre todo, la positividad pragmática de la población salvadoreña. Hay una sana ambición de mejorar, de progresar, que es muy diferente, y muy peculiar de El Salvador en comparación con otros países centroamericanos donde yo he tenido experiencia. Además, el país representa una plataforma ideal en términos de logística. Las posibilidades de crecimiento que tiene El Salvador son hoy las más altas de la región.

¿Cómo ve el clima de negocios que hay hoy en el país?
El sentimiento es de positividad, y no es abstracto. De hecho, existe una sinergia cada vez más intensa con la economía estadounidense, incluso más que antes de la pandemia. Hay muchas empresas que se van a mudar a esta parte del mundo. El Salvador, gracias al CAFTA, está mejor posicionado que otros países en otras plataformas libres de impuestos como en Colombia, México o Perú, por ejemplo. El país está tomando acciones muy pragmáticas y sumamente positivas que pueden prevalecer en la competencia interna entre los miembros del CAFTA. Y creo que esto se siente en todos los niveles. Se espera que El Salvador crezca el doble de lo que está creciendo.

https://youtu.be/Q0qF94sad8Q